Este proyecto nos lleva a inspirarnos en los tocados de la pintora y poetisa mexicana Frida Kahlo.
La ropa de Frida era como una nueva piel. Tan importante era para ella su imagen que pasaba horas acomodando sus aderezos.
Frida llevó con orgullo y con gracia en México, en New York o en París huipiles, ponchos, mantones, rebozos, enaguas, los colores vivos de los textiles y bordados autóctonos, los collares de gruesas piedras, oro y plata de la tradición azteca, y las flores del exuberante México en sus airosos tocados o "balacas".
La "balaca" es una suerte de rodete hecho con trenzas que se cruzan en la parte posterior y baja de la cabeza; luego se dan dos vueltas con una cinta de tela (la balaca) formando un lazo con sus puntas a uno de sus lados, al cual acompañan "diamantes" y flores.
La biografía de Hayden Herrera nos recuerda que "Frida se arreglaba el cabello de diferentes modos, para acompañar sus trajes exóticos. Algunos eran peinados típicos de la región, mientras que ella misma inventaba otros. Se estiraba el pelo hacia arriba desde las sienes, a veces con tal fuerza que le dolía, para después entrelazarlo con cintas de lana y colores vivos, y decorarlo con lazos, pasadores, peinetas o flores frescas de buganvilla".
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